Monday, May 18, 2015

Ya viene el verano ¿y tú aún no estás listo para la playa?




¿Se te hace familiar la frase “Eres lo que comes”?
Bueno, a eso exactamente quiero llegar. El primer paso para lograr dicha meta es cuidar lo que comes.
·                 Cambia el refresco por agua natural o un rico jugo de tu fruta favorita.
·                 Si no quieres dejar de  comer frituras, pastel o cualquier comida que sea tu debilidad, disminuye tu porción a una del tamaño de tu puño (si se trata de las frituras), a una rebanada delgada o simplemente sirve la mitad de lo que te servías antes.
·                 Si de verdad quieres hacer un cambio radical, cambia esos snacks por una fruta, un pico de gallo o hasta unas zanahorias.
·                 Procura incluir una porción de frutas y/o verduras en cada una de tus comidas.
·                 Evita harinas refinadas que sólo te inflan. Cámbialas por productos integrales y altos en fibra.
·                 ¡Si estás lleno no sigas comiendo! No hay nada de malo con dejar un poco de comida en el plato. Con esto previenes que tu estómago se acostumbre a excederse ya que es un órgano que crece con facilidad y cada vez será más difícil saciarlo.

Ahora, también es muy importante que mantengas a tu cuerpo activo, ayudándole a mantener ese metabolismo andando.
·        Intenta no pasar tanto tiempo sentado en el día. Si es inevitable, intenta recompensarlo caminando, o tomando las escaleras en vez del elevador.
·        ¿No tienes dinero para el gimnasio? ¡No hay problema! Deja a lado el celular, televisión o computadora por 30 minutos y aprovéchalos para ir a correr/ trotar, hacer abdominales y/o sentadillas.

Sigue estos consejos y te aseguro que cuando menos te des cuenta se empezarán a notar los resultados.



Por: Ana Paula Soto, estudiante en CDLA preparatoria

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